Unidad de Baja Visión
 

 
 

La Unidad de Baja Visión de la FOM surge por la necesidad de dar soporte a aquellos pacientes que tienen una grave deficiencia visual, ya que la visión representa un papel central en la autonomía y desenvolvimiento de cualquier persona. El 80% de la información que inicialmente obtenemos del entorno y que necesitamos para nuestra vida cotidiana, implica al órgano de la visión. Esto supone que la mayoría de las habilidades que poseemos, de los conocimientos que hemos adquirido y de las actividades que desarrollamos, las hemos aprendido o las ejecutamos basándonos en esta información visual.

De forma especial, la visión juega un papel clave en el desarrollo durante la etapa infantil. Por todo ello, la Unidad de Baja Visión de la FOM, integrada por un equipo multidisciplinar compuesto por oftalmólogos, optometristas y técnicos de rehabilitación especializados en el examen oftalmológico, prescripción y entrenamiento de las diferentes ayudas visuales, intenta devolver al paciente las habilidades visuales perdidas para el desarrollo de su vida estudiantil, laboral o de ocio.

¿Qué pacientes son atendidos?

Pacientes que se encuentran dentro de la definición de baja visión, cuya agudeza visual es superior a 0,050 e inferior a 0,300.entre el 5% y el 30% de la visión normal.
Pacientes que por alguna patología han pasado rápidamente de visión normal a visión por debajo de 0,500/0,600.
Pacientes que podrían mejorar su calidad visual con la utilización de filtros y/o ayudas puntuales de las utilizadas en baja visión: retinopatía diabética, maculopatías, cirugía refractiva y de cristalino.
Pacientes con ambliopía, nistagmus y problemas neuro-oftalmológicos.

¿Qué causas producen la Baja Visión?

Las principales patologías que producen la Baja Visión son:

Maculopatías 24,87%
Miopía Magna 17,31%
Retinopatía Diabética 11,32%
Patologías del Nervio Óptico 9,58%
Degeneraciones Retinianas 8,89%
¿Qué pruebas diagnósticas y tratamientos se utilizan en la Unidad de Baja Visión de la FOM?

En la Unidad de Baja Visión se realiza un estudio oftalmológico previo para valorar la posibilidad de mejoría médico-quirúrgica del paciente. Posteriormente se realiza un examen oftalmológico especial para pacientes con Baja Visión, utilizando material específico y diseñado para Baja Visión.
Se valoran inicialmente las necesidades y demandas visuales del paciente, ¿Qué le gustaría o necesita hacer con la vista y que en la actualidad no puede realizar?, ejemplo: lectura, utilizar el ordenador, costura, etc.
Se mide la agudeza visual de lejos y cerca, con cada ojo por separado y con la mejor corrección óptica convencional posible.
Se mide la sensibilidad al contraste, la visión de los colores
Se realiza un campo visual y se valora la rejilla de Amsler (exploración de la visión central) de cada ojo.
Se hace una foto de polo posterior por medio de Optomap.
Y se completa el examen oftalmológico normal, con la exploración de la movilidad ocular, polo anterior, tonometría y fondo de ojo.
Posteriormente se realiza el examen optométrico por optometristas especialistas en baja visión, valorando las convergencias y la dominancia sensorial y motora.
Se realiza la refracción de lejos y cerca adecuada para Baja Visión realizando las pruebas y prescripción provisional de las distintas ayudas como telescopios, microscopios y telemicroscopios.

Se anotan las instrucciones para los técnicos de rehabilitación visual.
Los técnicos rehabilitadores confeccionan un plan individualizado para cada paciente y en tres o cuatro sesiones, como media, se les enseña a utilizar las ayudas propuestas y los ejercicios visuales (visión excéntrica) que precisan para lograr sus objetivos.

Finalmente se procede a la prescripción definitiva de ayudas visuales personalizadas para cada paciente, que se adecuan a sus necesidades.

¿Qué resultado se obtiene?

No hay que pensar que un paciente atendido en una Unidad de Baja Visión ha dejado de ser un deficiente visual, es simplemente una persona capacitada por medio de sus ayudas ópticas para reincorporarse a su actividad cotidiana.
Aunque no todas las personas afectadas de Baja Visión se pueden beneficiar de las ayudas visuales, más del 80% de los pacientes atendidos en estas Unidades pueden reintegrarse a sus actividades sociales y laborales, habilidades de la vida diaria, lectura, costura, estudios, uso de electrodomésticos, ordenador, etc.