Conjuntivitis

	¿Qué quiere decir conjuntivitis? El término conjuntivitis hace referencia a la "inflamación de la conjuntiva". ¿Qué es la conjuntiva? La conjuntiva es una fina capa que recubre la esclerótica (que es la parte blanca del ojo) y la cara interna de los párpados. Es prácticamente transparente, y normalmente sólo podemos ver unos finos vasos sanguíneos que la recorren. ¿Qué causa conjuntivitis? Son múltiples las causas que pueden causar una inflamación de la conjuntiva, sin embargo las principales son de causa alérgica o de causa infecciosa, y dentro de estas últimas por virus o por bacterias. ¿Cuáles con las manifestaciones de una conjuntivitis? Dado que las causas de conjuntivitis son muy variables, también lo son las manifestaciones. En general, es un proceso muy molesto pero que no entraña gravedad para el ojo, ya que la conjuntiva es una estructura superficial de éste. Existen causas raras de conjuntivitis que pueden ser muy agresivas y graves. Por fortuna, éstas son extremadamente infrecuentes en nuestro medio. A continuación, vamos a ver las manifestaciones típicas de los tipos de conjuntivitis más frecuentes en nuestro entorno. Conjuntivitis alérgica La principal característica de la alergia en el ojo es el picor ocular. La alergia, además, puede ser un proceso general e ir acompañado de rinitis, estornudos u otros síntomas de alergia. La alergia puede producirse por el contacto puntual con un alérgeno (alérgeno es cualquier cosa que puede desencadenar una respuesta alérgica en una persona). Sería, por ejemplo, el caso de que una persona toque una planta y luego se toque el ojo. Se produce una respuesta rápida, con inflamación exagerada de la conjuntiva, pero muchas veces sin enrojecimiento, y sólo en el ojo que ha tenido contacto con el alérgeno. Es más frecuente que la alergia se desencadene en los dos ojos a la vez, no por contacto directo, sino por un alérgeno que esté en el ambiente, por ejemplo, el pelo de gato. También son típicas las conjuntivitis alérgicas estacionales, desencadenadas por determinados pólenes, ácaros… que son más frecuentes en determinadas épocas del año. El paciente, durante la época de alergia, notará sobre todo picor, enrojecimiento, secreción mucinosa y lagrimeo. Si el alérgeno está presente en nuestro medio de forma continua (por ejemplo, el polvo doméstico), el paciente presentará estas manifestaciones durante todo el año. El tratamiento de las conjuntivitis alérgicas suele realizarse con colirios antialérgicos y, puntualmente, con colirios de corticoides. También se emplean lágrimas artificiales y, en algunos casos, antialérgicos en comprimidos. Conjuntivitis bacteriana La principal característica de este tipo de conjuntivitis es la abundante secreción blanco-amarillenta o verdosa. También son típicos el enrojecimiento, el lagrimeo y la sensación de cuerpo extraño (como si se hubiera metido algo en el ojo). Son contagiosas, por lo que suelen comenzar en un ojo y puede pasarse al otro. Suelen responder bien al tratamiento con colirios antibióticos y antiinflamatorios. Conjuntivitis vírica La principal característica es la inflamación ocular y de los párpados. Además, produce ojo rojo, lagrimeo y sensación de cuerpo extraño. Típicamente, tienen poca secreción. Pueden asociar derrame sanguíneo en la conjuntiva. Son conjuntivitis muy molestas y muy contagiosas. Empiezan afectando a un ojo, y no es raro que se transmita al otro. Pueden inflamarse los ganglios cercanos, el más típico es delante de la oreja del lado de la infección. Se trata de un proceso autolimitado (como una gripe), de duración variable (suele durar de dos a tres semanas). El tratamiento va encaminado a disminuir las molestias, aunque lo típico es que los primeros 4 a 7 días empeoren progresivamente a pesar del tratamiento. No suele dejar secuelas, aunque en ocasiones puede ir seguida de afectación de la córnea (parte transparente que cubre el iris que da color a los ojos) produciendo una queratoconjuntivitis. Dado que no existe tratamiento que cure este tipo de conjuntivitis, lo más importante va a ser extremar las medidas higiénicas para evitar contagios.