Desprendimiento de retina
     
  Definición y manifestaciones

¿Qué es la retina?

La retina es la capa de tejido nervioso que tapiza el interior del ojo. Está formada por células nerviosas que son sensibles a la luz. Estas células captan la imagen y, a través del nervio óptico, la envían a la parte posterior del cerebro donde se interpreta.

Si comparamos el ojo con una cámara fotográfica, la retina sería el carrete.

¿Qué es el desprendimiento de retina?

La retina, en condiciones normales, está pegada a una capa de tejido vascular que la nutre, esta capa es la coroides. La coroides, a su vez, está pegada a la pared externa del ojo, la esclera, que es blanca.

La retina, además, está formada por varias capas. La capa que está en contacto con la coroides se conoce como epitelio pigmentario.

El desprendimiento de retina se produce cuando todas las capas de la retina se separan de la coroides (excepto el epitelio pigmentario, que queda pegado a la coroides).

¿Por qué se produce?

Existen distintos mecanismos por los que se puede producir el desprendimiento de retina.

La causa más frecuente es que se produzca un agujero o desgarro en la retina a través del cual vaya filtrando líquido proveniente del interior del ojo y vaya despegando la retina de la coroides. Es lo que técnicamente se llama desprendimiento de retina regmatógeno.

Los agujeros o desgarros se suelen producir en zonas más débiles de la retina, las cuales son más frecuentes en los pacientes miopes. Aunque este tipo de desprendimiento puede asociarse a traumatismo, la mayoría de las veces se produce de forma espontánea.

Otro mecanismo importante es que el vítreo tire de la retina desprendiéndola. El vítreo es el gel que rellena el interior del globo ocular. Está en contacto con la retina, existiendo zonas de anclaje vítreo-retina sólo en determinados puntos. Hay determinadas patologías que favorecen que estos puntos de anclaje sean más fuertes de lo normal, o incluso que se formen nuevos anclajes en zonas donde no deberían de existir.

Éstos pueden traccionar de la retina hacia el vítreo, separándola de la coroides y produciendo el desprendimiento. Es lo que se conoce como desprendimiento traccional. La patología a la que se asocia más frecuentemente es la retinopatía diabética, aunque también la pueden producir otras enfermedades como la trombosis de una vena ocular.

A veces, el mecanismo regmatógeno y el traccional pueden asociarse entre sí.
El tercer mecanismo de producción es el cúmulo de líquido entre la retina y la coroides, desprendiéndola. Suele ser de origen inflamatorio o tumoral. Suele remitir al tratar la causa. Éste último tipo se conoce como desprendimiento de retina exudativo o seroso.

¿Cómo se manifiesta?

La retina que está desprendida no funciona bien, así que el paciente verá muy mal o no verá con esa zona de la retina desprendida.

La clínica típica es la aparición de un velo o telón en sólo uno de los dos ojos que quita la visión de una parte de la imagen. Se trata de una pérdida de visión indolora en un ojo de aspecto normal.

Como la imagen en la retina está invertida, un desprendimiento de retina superior provocará una pérdida de visión inferior, así como un desprendimiento en el lado izquierdo provocará una pérdida de visión derecha.

Según la extensión y localización del desprendimiento de retina, se afectará más o menos la función visual. Los desprendimientos más graves son los que alcanzan la zona central de la retina, conocida como la mácula, que es la zona de máxima visión.

¿Podemos prevenirlo?

En muchos casos, podemos minimizar el riesgo de aparición. Como ya sabemos, la mayoría de los desprendimientos están causados por un agujero o desgarro retiniano. El tratamiento con láser de éstos, en la mayoría de los casos, evita el desprendimiento.

La aparición brusca y reciente en uno de los dos ojos de visión de pequeñas sombras que se mueven (la mayoría de los pacientes las describen como moscas o telarañas) y / o relámpagos de luz, a veces son señal de que se ha producido un desgarro en la retina. En este caso, interesa visitar al oftalmólogo para descartarlo y tratarlo. Esto no quiere decir que estos síntomas sean igual al desgarro, de hecho, sólo lo son un pequeño porcentaje de los casos. La visión de moscas volantes de larga evolución no es un síntoma preocupante.

Dado que sabemos que la alta miopía y la retinopatía diabética son factores de riesgo, éstos pacientes deben llevar controles periódicos por su oftalmólogo.

¿Cuál es el pronóstico?

La retina desprendida no se nutre bien, así que muchas células nerviosas se pueden dañar de forma irreversible. Es importante volver a poner en contacto la retina con la coroides.

El tratamiento quirúrgico permite, en muchos casos, una reposición correcta de la retina, sin embargo no siempre se consigue una buena recuperación de su función. Además, no es raro que pese a una correcta cirugía se produzcan redesprendimientos y que se precise más de una intervención quirúrgica.

Tratamiento de los desgarros y del desprendimiento de retina

Es importante comprender qué es y por qué se produce el desprendimiento de retina para comprender cómo vamos a tratarlo.

En la gran mayoría de los casos, el tratamiento del desprendimiento de retina es quirúrgico. Existen dos técnicas fundamentales: en la primera, actuamos desde fuera del globo ocular empujando la pared del ojo (la esclera), es lo que se conoce como cirugía extraescleral (= por fuera de la esclera).

En la segunda, se actúa directamente en el interior del globo ocular, es lo que se conoce como cirugía intraocular (= dentro del ojo). No es raro que se precise combinar ambas técnicas en la misma intervención quirúrgica o que se realice un tratamiento escalonado, realizando cirugía extraescleral primero y, si ésta sola se demuestra insuficiente, se realice cirugía intraocular en un segundo tiempo.

Cirugía Extraescleral

Mediante esta técnica se pretende cambiar las corrientes de convección intraoculares, para frenar el paso de líquido proveniente del vítreo a través del desgarro retiniano (este líquido es el que desprende la retina). Para ello, se empuja desde fuera la esclera, con un explante de silicona o similar (existen diferentes materiales, formas y tamaños), sobre la zona correspondiente al desgarro.

Al deformar la zona de este modo, conseguimos que este líquido se desplace hacia el centro del ojo, y no hacia debajo de la retina y la continúe desprendiendo. Además, al empujar la esclera hacia el vítreo, conseguimos relajar las fuerzas de tracción que ejerce el vítreo sobre la retina.

Crioterapia

La técnica extraescleral se complementa con criopexia, que consiste en la aplicación de frío en la zona del desgarro para que se cierre. El frío se aplica a través de la esclera y actúa gracias a la formación de una cicatriz.

La crioterapia es un tratamiento quirúrgico que se realiza con anestesia local y de forma ambulatoria mediante una criosonda. La criosonda, cuando entra en contacto con los tejidos oculares, provoca una congelación focal con el fin de destruir tejido patológico o provocar una respuesta cicatricial ahí donde se aplica.

Para su aplicación es necesario previamente dilatar las pupilas con colirios midriáticos, y así poder observar con lentes que amplifiquen la imagen retiniana sobre la cual vamos a hacer incidir la sonda.

Además de como complemento a la cirugía del desprendimiento de retina cicatrizando los desgarros, también se usa en otros procesos retinianos (retinopatía diabética) y para destruir ciertos tumores.

Retinopexia neumática

Esta técnica quirúrgica se usa para reaplicar desprendimientos de retina con desgarros en la parte superior del ojo. Se realiza en quirófano bajo anestesia local. Consiste en inyectar una burbuja de gas en el interior del ojo. El gas dentro del ojo flota, por lo que si posicionamos posteriormente al paciente sentado conseguimos la aproximación de la retina superior desprendida a su posición, cicatrizándola posteriormente con láser argón o crioterapia.

Por tanto, al inyectar gas o aire dentro del ojo, además de tener el empuje de fuera hacia dentro del ojo por el explante, tenemos un empuje desde el interior del ojo hacia fuera. La burbuja de aire o gas empujará la retina hacia la pared del ojo, ayudando a su reaplicación.

Si no se indica lo contrario, la cirugía se realiza con anestesia local y de forma ambulatoria. El paciente podrá marchar a su domicilio poco después de la cirugía donde deberá guardar una determinada posición durante los días siguientes a la intervención, hasta la reaplicación de la retina y desaparición del gas intraocular.

Dado que mediante esta técnica cambiamos la forma del ojo, produciendo principalmente un alargamiento, cambiamos también la refracción, en la mayoría de los casos el ojo requerirá corrección para la miopía.

Son complicaciones más raras el sangrado, alteraciones de los músculos que se encargan del movimiento ojo, desprendimiento de la coroides, aumento de la tensión ocular… la mayoría de estas complicaciones responden bien a tratamiento médico o quirúrgico.

Tratamiento de los desgarros retinianos

El tratamiento se realiza con láser argón. Es un láser térmico, que emite una luz que se convierte en calor cuando entra en contacto con los tejidos oculares, provocando una respuesta cicatricial ahí donde se aplica y cerrando el desgarro.

Para su aplicación es necesario previamente dilatar las pupilas con colirios midriáticos y acoplar lentes de contacto que amplifiquen la imagen retiniana sobre la cual vamos a hacer incidir el rayo láser. Provocaremos una quemadura retiniana no dolorosa, controlada en intensidad y tamaño, según los parámetros del láser empleado.