Escleritis y epiescleritis
     
  La esclera es la capa más externa de las tres que conforman el globo ocular, es la más gruesa de ellas y le aporta el armazón que da la rigidez al ojo.
La epiesclera es la capa más superficial de la esclera, y cuando se inflama la llamamos epiescleritis.

Epiescleritis

Es un trastorno bastante frecuente, benigno, de duración limitada, que cursa en brotes y suele afectar a adultos jóvenes. Se presenta produciendo una molestia en el ojo que en ocasiones puede volverse relativamente intenso. Típicamente se presenta de dos formas:

Difusa: se muestra como un enrojecimiento de una parte del ojo, que puede ser dolorosa a la palpación .
Nodular: localizado también en una zona del ojo, formando un nódulo con enrojecimiento alrededor que puede ser desplazado. Esta forma de epiescleritis puede tardar más tiempo en resolverse.
El pronóstico es bueno, y en ocasiones desparece sin tratamiento alguno, aunque habitualmente se emplean antiinflamatorios tópicos (AINEs) y/o corticoides tópicos. Los casos que no responden con el tratamiento tópico precisarán antiinflamatorios no esteroideos orales.

Escleritis

Como su propio nombre indica, la escleritis es una inflamación granulomatosa de la esclera, mucho menos frecuente que la epiescleritis, más común en el sexo femenino y con edades entre los 40-65 años.

Causas:

Son múltiples las causas que la provocan, siendo múltiples enfermedades las que la pueden producir. Las más frecuentes son las enfermedades autoinmunes como la artritis reumatoide, Lupus Eritematoso Sistémico, Poliarteritis nodosa y la Colitis ulcerosa. Otras menos frecuentes son las enfermedades metabólicas ( gota, tirotoxicosis) e infecciosas, etc..

Clasificación:

Basándose en el sitio anatómico primario de inflamación y del desarrollo de la enfermedad, la escleritis se clasifica en:

Escleritis anterior:

La escleritis anterior tiene similar presentación a la epiescleritis aunque los síntomas son más intensos.

No necrotizante:
A. La forma difusa se caracteriza por una inflamación diseminada que afecta un segmento del globo o toda la esclera anterior donde se distorsiona el aspecto radial de los vasos esclerales.

B. La forma nodular muestra una lesión nodular de color rojo púrpura con un centro amarillento, profundo e inmóvil, único o múltiple, que puede comprometer la visión. El tratamiento además del tratamiento con AINEs y corticoides tópicos, hay que darlos por vía oral.

Necrotizante:
A. La escleritis necrotizante anterior con inflamación es la más grave, se instaura con enrojecimiento y dolor gradual localizado; primero se distorsionan y cierran los vasos sanguíneos del área afectada formando placas avasculares, seguida de necrosis que pueden ser aisladas o confluir. Posteriormente aparece adelgazamiento de la esclera que se vuelve transparente y puede verse el cuerpo ciliar. Estas formas desarrollan un serio compromiso de la agudeza visual en la mayoría de los casos.

B. La escleritis necrotizante anterior sin inflamación (escleromalacia perforante); es típica de mujeres con artritis reumatoide de larga evolución. El cuadro es asintomático comenzando con una placa necrótica en la esclera sana pudiéndose ver grandes áreas del tejido subyacente (úvea). El tratamiento en estos casos es poco efectivo.
Hay que asociar al tratamiento tópico corticoides orales a altas dosis. En ocasiones es necesario añadir inmunosupresores orales e incluso corticoides intravenosos en los casos más rebeldes al tratamiento.

Escleritis posterior:

La escleritis posterior es la inflamación de la esclera que se origina por detrás del ecuador del globo ocular. Una tercera parte de los pacientes tienen menos de 40 años. Debuta con dolor que puede ser intenso y pérdida de la visión. La mayor parte de los casos desarrollan una afectación visual permanente.

Los signos externos son edema palpebral, dificultad para los movimientos oculares y proptosis (el ojo protuye hacia fuera). En el fondo de ojo se observa edema del nervio óptico, de la mácula, desprendimiento de retina exudativo, engrosamiento y pliegues de coroides, así como engrosamiento escleral y vitritis.

El tratamiento es similar al de la escleritis anterior necrotizante, con corticoides e inmunosupresores.